lunes, 18 de noviembre de 2013

LOS JÓVENES Y SUS LUCHAS POR EL RECONOCIMIENTO (REFLEXIÓN)

En su artículo, Adrián Restrepo hace una reflexión acerca de las vivencias de algunos grupos de jóvenes en Medellín, dando cuenta de una investigación acerca de (como el título lo dice), "los jóvenes y sus luchas por el reconocimiento". 

Cuando se habla de la historia de Colombia, es imposible dejar de lado la trascendencia que ha tenido la lucha de los hombres y mujeres por el reconocimiento, que a lo largo del tiempo se refleja en décadas de violencia. Sin embargo la violencia, a través de los años se ha vuelto tan cotidiana que aunque a todos nos debería interesar,  la vemos como si fuera ajena a nosotros, sin darnos cuenta que es un problema de todos y en el que todos estamos involucrados. Y es que la inconformidad, hace parte del diario; la impotencia es tan frecuente, que las esperanzas de cambio se pierden;  y es preferible ignorar el problema y parecer indolente antes que enfrentarlo. Es entonces cuando los jóvenes, que intentando encontrarse a sí mismos (identificarse), en una sociedad que los excluye y señala,  recurren a la unión con otros jóvenes con los que sí se “entiendan”  o con los que por lo menos, sí puedan “compartir” sus ideales  sin ser estigmatizados o ser condenados a ser lo que la “sociedad ideal” espera que sean. Esto se da como consecuencia de la exclusión que se vive, no solo en la sociedad en general, sino como resultado de ese menosprecio que comienza desde la misma casa, con la familia. Por lo tanto, esa violencia que creemos es ajena, “empieza en casa”, está todo el tiempo con nosotros. Desde el mismo momento en el que se señala a aquel que no es igual a mí, desde que se ultraja y desprecia todo aquello que hace a los demás diferentes. Por  eso Considero que es el momento de ver más allá y entender que si se quiere un cambio, se debe pensar en primera persona (yo), para así poder transmitir posteriormente a los demás que una “sociedad sana” se crea a través de la inclusión de todos los congéneres, aceptando sus diferencias y aprovechando todo aquello que contribuya  al cambio que pide a gritos esta sociedad. 

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